A pesar de ser un producto presente desde hace mucho tiempo en España, todavía existe un gran desconocimiento sobre las ancas de rana. Hoy desde Carnes Carrasquilla despejamos diferentes dudas que suelen surgir alrededor de este maravilloso producto. Entre ellas, a qué saben y cómo se pueden cocinar.

A qué saben las ancas de rana

Esta es una de las preguntas que más curiosidad despiertan entre los consumidores. Puede resultar difícil de imaginar un sabor que tiene matices únicos y es diferentes a cualquier otro producto.

De hecho, su sabor es sutil y bastante neutro. Hay quienes lo comparan con el pescado blanco más suave, pero sin espinas. Otros dicen que les recuerda al pollo, al pulpo o al marisco.

Realmente los matices de esta carne los determinan los acompañantes durante el cocinado. Así, las apreciaciones de su sabor son muy personales.

En cuanto a su textura, podría asemejarse a las cocochas de bacalao. Es decir, es tierna, sedosa y suave al paladar.

Los aromas que suelen desprender en fresco recuerdan a toques mentolados, a frutos secos o a hinojo.

Cómo cocinarlas

El suave sabor de las ancas de rana, las convierte en el plato ideal para todo tipo de elaboraciones.

Por un lado, los guisos de ancas de rana en salsa, sacan todo el potencial de esta delicada carne. También están muy extendidas las frituras, rebozados y los chupachús de ancas de rana, las tempuras y los arroces y risottos con ancas de rana. Incluso cocinándolas a la plancha o a la parrilla quedan deliciosas.

Sin embargo, en los últimos tiempos se han adoptado recetas procedentes de otros rincones del planeta y que aportan un toque exótico al ingrediente.

Es el caso de los carpaccios y sashimis de ancas de rana, hechos con los ejemplares de mayor tamaño, los woks…

Por último, las ancas de rana también se cocinan a baja temperatura, para conservar su jugosidad y suavidad o en marinados, que realzan sus características.

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En Carnes Carrasquilla ponemos a disposición de nuestros clientes magníficas ancas de rana.  Sin duda, un bocado delicado que sorprenderá y enamorará a quien lo pruebe.