La carne deshidratada, también conocida como jerky en inglés, es más que un simple aperitivo. Este alimento, que ha sido parte de las dietas humanas durante miles de años, es una forma eficaz de conservar carne sin refrigeración.

En la actualidad, la carne deshidratada ha evolucionado en sabores y formas, convirtiéndose en una opción popular para los amantes de las proteínas. Hoy en Carnes Carrasquilla os hablamos sobre la historia, los beneficios nutricionales y las diversas aplicaciones culinarias de este tipo de carne.

Origen de la carne deshidratada

La práctica de deshidratar carne se remonta a antiguas civilizaciones, desde los egipcios hasta tribus indígenas de América del Norte.

La necesidad de conservar la carne para su almacenamiento a largo plazo llevó al desarrollo de diversas técnicas de deshidratación, incluido el uso de sal y humo. Con el tiempo, diferentes culturas han añadido sus propios toques, como especias y marinados, para enriquecer el sabor.

El objetivo principal de la deshidratación es eliminar la mayor cantidad posible de agua de la carne, ya que la humedad es lo que permite el crecimiento de bacterias.

Tradicionalmente, la carne se corta en tiras y luego se cuelga al sol o cerca del fuego. Hoy en día, el proceso se ha modernizado con el uso de deshidratadores industriales, que garantizan una eliminación uniforme de la humedad y un producto final más seguro.

Beneficios nutricionales de la carne deshidratada

La carne deshidratada es un alimento rico en proteínas y bajo en grasas, lo que lo convierte en una excelente opción para aquellos que buscan un aperitivo saludable.

También es fuente de vitaminas como la B12, minerales como el hierro y otros nutrientes esenciales. Sin embargo, es importante tener en cuenta que muchas versiones comerciales pueden contener altos niveles de sodio y aditivos. Por eso, siempre es mejor leer las etiquetas o preparar tu propia versión en casa.

Aplicaciones culinarias

Si bien la carne deshidratada se consume comúnmente como un snack, su versatilidad la convierte en un ingrediente muy versátil.

Así, puede añadirse a ensaladas, incorporarse en guisos, o incluso triturarse para usarse como condimento. Además, se ha convertido en una opción popular para deportistas y entusiastas del aire libre debido a su larga vida útil y valor nutricional.