A pesar de ser una carne poco utilizada, la carne de toro de lidia es de las más ecológicas, ya que las reses se crían bravas durante al menos cuatro años en las dehesas del país, alimentándose libremente de lo que encuentran en su entorno. Tanto es así, que muchos expertos la comparan con la carne de cerdo ibérico, siendo en este caso un gran lujo al alcance de todos los bolsillos.
La carne de toro de lidia es una carne sin apenas grasa, rica en Omega-3 y en vitamina E, B2 y B12, lo que la hace ideal para el consumo humano. Cuenta con muchos minerales, entre los que destacan hierro de fácil absorción, yodo, zinc, selenio y fósforo. Su gran contenido proteico se considera de alto valor biológico, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales.