La carne de cerdo es una de las más consumidas tradicionalmente en nuestro país. Hoy en Carnes a Domicilio os contamos las diferencias existentes entre la carne de cerdo blanco e ibérico.

Cuáles son las diferencias entre cerdo blanco e ibérico

Raza de procedencia

La primera diferencia fundamental entre ambos cerdos es la raza de procedencia.

Como su nombre indica, el cerdo ibérico procede de cerdos de raza ibérica, que solamente se encuentran en la Península Ibérica. Es decir, de la zona suroeste de España y Portugal. Entre las variedades más comunes de cerdo ibérico encontramos el retinto, el lampiño o el torbiscal.

Sin embargo, el cerdo blanco puede proceder de diversas razas. Entre las más frecuentes están Landrance, Duroc, Pietrain y Large White.

Crianza del cerdo

El lugar donde viven y crecen los cerdos es también muy distinto.

Tradicionalmente, el cerdo ibérico se ha criado de forma extensiva, en libertad o semi-libertad. Es decir, este tipo de cerdo tiene la suerte de poder disfrutar de la dehesa, con grandes extensiones para recorrer y disfrutar de frutos tan preciados como las bellotas. Esta libertad de movimiento hace que los cerdos realicen mucho ejercicio, por lo que sus cuerpos son más musculados y presentan menos grasa que el cerdo blanco, que además se distribuye de forma más uniforme.

Mientras tanto, el cerdo blanco suele vivir en granjas, bajo una crianza intensiva. Su alimentación suele basarse en piensos, que a veces se complementan con productos naturales. Como tienen poca libertad de movimiento, tienden a engordar con mayor facilidad, acumulando una mayor cantidad de grasa.

Morfología de los cerdos

A simple vista, otra de las diferencias entre cerdo blanco e ibérico está en sus cuerpos.

Como comentábamos antes, el cerdo ibérico acumula menos grasa, por lo que sus patas son más estilizadas. Parte de la grasa del cerdo ibérico se infiltra entre los grupos musculares, dándole una jugosidad única.

En cambio, el cerdo blanco es más rechoncho y acumula más cantidad de grasa. Sus patas son más redondeadas y por lo general de mayor tamaño.

Producción

Finalmente, si nos centramos en la cantidad de cerdos que se producen de cada tipo en España, cabe resaltar que el 90% son cerdos blancos y un 10% ibéricos.

Esta gran diferencia se debe, entre otros factores, a que existen muchos menos cerdos ibéricos que blancos y su coste de crianza es mucho mayor. Todo ello repercute en que el precio del cerdo ibérico sea mayor, convirtiéndose en otro condicionante clave para decantarse entre un tipo y otro de carne.

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