El lechazo, o cordero lechal, es una de las joyas de la gastronomía española, especialmente en la región de Castilla y León. Este manjar, que consiste en corderos alimentados exclusivamente con leche materna y sacrificados antes de que alcancen un cierto peso, se ha convertido en un símbolo de la cocina tradicional. Es, además, el protagonista de muchas celebraciones y eventos gastronómicos. Hoy en Carnes Carrasquilla hablamos sobre la historia, preparación y singularidad de esta deliciosa carne.
¿Qué es el lechazo?
La tradición del lechazo tiene una larga historia en España, donde la cría de ovejas es una actividad económica y cultural importante.
La técnica de asar cordero lechal se ha perfeccionado durante generaciones, y muchas familias y restaurantes tienen sus propios métodos y secretos para preparar este plato.
El lechazo es un cordero que se ha alimentado exclusivamente de leche materna. Por lo tanto, generalmente se sacrifica antes de llegar a los 35 días de vida, con un peso que oscila entre 5 y 7 kg. Esta alimentación y el temprano sacrificio garantizan una carne extremadamente tierna y con un sabor muy suave, casi dulce.
Es importante destacar que el lechazo de calidad superior suele estar amparado por distintas Denominaciones de Origen (D.O.), como es el caso del «Lechazo de Castilla y León». Estos sellos garantizan que el producto cumple con ciertas normas de calidad, desde la alimentación del cordero hasta las técnicas de preparación.
Lo normal es emplear solamente agua y sal, aunque a veces se añaden ajos o laurel para aportar un toque extra de sabor. Hay quienes embadurnan la carne con manteca o con aceite para ayudar a que se forme la costra crujiente.
Preparación tradicional
La preparación del lechazo es un arte que requiere de atención y habilidad.
De hecho, la carne se suele asar en hornos de leña, que aportan un sabor inigualable. El proceso de cocción lleva varias horas y requiere que la carne se vaya girando y rociando con su propia grasa para que quede dorada y crujiente por fuera y tierna por dentro.
El lechazo se sirve tradicionalmente en asadores y se disfruta mejor en compañía. Debido a la delicadeza de su carne, se recomienda un maridaje con vinos ligeros y afrutados que no eclipsen su sabor.
Puede acompañarse con patatas, por ejemplo tipo panaderas, o simplemente con una buena ensalada para aligerar el plato.
Por nuestra parte, en Carnes Carrasquilla contamos con excelentes corderos lechales o lechazos. Son el ingrediente perfecto para deliciosas elaboraciones.
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