La cocina fusión no es algo nuevo, pero sin embargo sigue dejándonos platos increíbles. En este caso, desde Carnes Carrasquilla os traemos una receta de ramen de cocido madrileño, ideado por el chef Dabiz Muñoz que no os dejará indiferentes.

Si bien no ha sido el primer cocinero en preparar este curioso ramen, ha conseguido darle una gran difusión en redes sociales.

Receta de ramen de cocido madrileño

El ramen es un plato típico de la comida nipona o japonesa. Consiste en unos fideos servidos con un gustoso caldo, que puede estar hecho de ingredientes muy variados, incluyendo generalmente verduras y carne.

En este caso, esta receta da un giro a uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía española, aportando el toque oriental.

A continuación, os dejamos la receta de este ramen de cocido madrileño, incluyendo algunos trucos para adaptar determinados ingredientes.

Ingredientes necesarios:

  • 300 g de garbanzos pedrosillanos de Carnes Carrasquilla
  • 4 huesos de jamón
  • 200 g de panceta de cerdo de Carnes Carrasquilla
  • 8 alitas de pollo
  • media gallina troceada
  • 1 zanahoria
  • 1 cebolleta
  • medio repollo
  • 6 patatas medianas
  • 4 huevos M-L
  • fideos para ramen o noodles
  • 2 cucharadas de paté
  • 1 cucharada de salsa picante
  • 2 cucharadas de salsa barbacoa ahumada
  • 1 ramillete de hierbabuena
  • trufa negra
  • sal
  • aceite de oliva virgen extra

Paso a paso del ramen de cocido madrileño

Preparando el caldo

El primer paso de la receta es poner a remojar los garbanzos. El chef sugiere ponerlos en agua tibia entre dos y tres horas. Otra alternativa es ponerlos a remojo la noche anterior.

Cuando los garbanzos estén listos, los echamos a la cazuela donde vaya a cocinarse el ramen de cocido madrileño. A continuación añadimos las alitas de pollo, la panceta, los huesos de jamón y la gallina troceada.

Los huesos de jamón no deben estar rancios ni contener exceso de sal. En caso de estar muy salados, conviene escaldarlos previamente para eliminar un exceso de sal. Si el presupuesto lo permite, siempre quedará mejor con huesos de jamón ibérico. Si no es el caso, un buen jamón serrano dará estupendos resultados.

Por otro lado, pelamos las patatas y la zanahoria y las troceamos junto al repollo, añadiendo todo a la cazuela. Ahora, cubrimos con agua y ponemos a cocer a fuego lento, tapando para evitar que se evapore demasiado líquido.

El truco de esta receta es que la cocción sea lenta, por lo que es mejor prepararla cuando tengamos tiempo suficiente para estar al tanto y que se cocine manteniendo la esencia de cada ingrediente.

Transcurridos 45 minutos, destapamos y sacamos con cuidado las alitas, dejando el resto de ingredientes al fuego. Las dejamos enfriar y las deshuesamos.

Pasados otros 45 minutos, es decir, cuando la cazuela lleve una hora y media al fuego, sacamos la panceta y dejamos que se enfríe. En ese momento, la loncheamos y reservamos.

Cuando hayan pasado cuatro horas y media desde el comienzo, sacamos las patatas de la olla y colamos el caldo.

El truco de los garbanzos

Una vez colado el caldo, separamos los garbanzos, los escurrimos y los pasamos a papel de cocina, para secarlos lo mejor posible. Para el siguiente paso, es necesario que los garbanzos hayan perdido el máximo de humedad.

Cuando estén secos, ponemos a calentar aceite de oliva virgen extra a 180-200ºC y freímos con mucho cuidado los garbanzos por tandas. Al ser un alimento cocido y húmedo, al contacto con el aceite, éste saltará, pudiendo resultar peligroso.

Cuando deje de burbujear el aceite, los removemos para cerciorarnos de que están bien tostados y los retiramos a papel de cocina seco, para eliminar el exceso de grasa.

Últimos toques

Unos minutos antes de servir el plato, ponemos a cocer los huevos durante 5 minutos y 45 segundos. De este modo, conseguiremos que quede la clara cuajada y la yema semilíquida.

Transcurrido el tiempo, los pasamos a un recipiente con agua fría y hielo para cortar la cocción, pelamos y reservamos.

Por otro lado, cocemos el ramen siguiendo las indicaciones del proveedor y lo pasamos también por agua fría para cortar la cocción.

Ahora, queda darle el toque especial al caldo. Para ello, añadimos dos cucharadas de paté a nuestra elección. El chef opta por uno de finas hierbas, pero puede valer un paté tradicional sin sabores añadidos. No hace falta que sea un paté caro, simplemente le dará un toque de sedosidad o textura especial al caldo.

También añadimos una cucharada de salsa picante, vale perfectamente una salsa de Tabasco, o la que tengamos en casa similar y las dos cucharadas de salsa barbacoa ahumada. Hoy en día es fácil encontrarlas, pero el toque ahumado marcará la diferencia.

Removemos bien, echando mano de un procesador de alimentos o de una batidora. Probamos y corregimos de sal si es necesario.

Picamos la hierbabuena y la parte verde de la cebolleta (su tallo) y reservamos.

Montaje y degustación del ramen de cocido madrileño

Con todos los ingredientes listos, solo queda montar el plato.

En un bol o plato hondo echamos una base de noodles, añadimos trozos de alitas, panceta, patata y un huevo por persona partido a la mitad. Colocamos también la cebolleta y la hierbabuena troceadas, los garbanzos crujientes y cubrimos con caldo.

Para finalizar el ramen de cocido madrileño, rallamos en el momento un poco de trufa negra para cada comensal. Lo ideal es que la trufa sea fresca, pero debido a su elevado precio, hay opciones más asequibles en los supermercados. Buen ejemplo de ello son las trufas en aceite o el polvo de trufa.

¡Que aproveche!