Quien cocina a diario sabe que a veces resulta complicado encontrar la inspiración. Desde Carnes Carrasquilla os echamos una mano con recetas fáciles y sabrosas. Hoy os recomendamos esta receta de solomillo de canguro a la mostaza, que deseamos que os guste.

Ingredientes para la receta de solomillo de canguro a la mostaza

Los ingredientes necesarios para este plato son:

  • 500 gramos de solomillo de canguro de Carnes Carrasquilla
  • 2 cebolletas
  • 1 diente de ajo
  • medio vaso de vino blanco
  • 4-5 patatas
  • 5 cucharadas de mostaza en grano
  • 100 ml de nata para cocinar
  • pimienta negra recién molida
  • sal
  • aceite de oliva virgen extra
  • perejil

Cómo preparar la receta

Para preparar esta receta de solomillo de canguro a la mostaza, lo primero que tenéis que hacer es preparar la salsa.

Limpia, pela y corta en trozos muy menudos las cebolletas y el ajo. En una sartén echa un chorro de aceite de oliva virgen extra y sofríe a fuego medio el ajo y las cebolletas con una pizca de sal hasta que empiecen a dorarse.

Cuando tomen color, añade el vino blanco y sube el fuego para que se evapore el alcohol. Debe reducirse bien hasta prácticamente desaparecer.

En ese momento, incorpora la nata, la mostaza y perejil al gusto y deja que cocine hasta que empiece a espesar, removiendo de vez en cuando. Si no encuentras mostaza en grano, puedes optar por mostaza de Dijon.

Cuando la salsa esté lista, apaga el fuego, retira y reserva. Puedes ponerla en una salsera o donde vayas a servirla.

Antes de seguir con la carne, pela y trocea las patatas para freírlas en abundante aceite. Así puedes cocinarlas mientras terminas el plato.

Ahora toma el solomillo y filetéalo en trozos lo más regulares posibles de tamaño. Para calcular el tamaño, hazlo como si preparases solomillo de ternera (ni muy fino para que no quede seco, ni muy grueso para que no quede totalmente crudo por dentro).

Salpimenta la carne y hazla a la plancha, a gusto de cada comensal. Recuerda que siempre es mejor dejarla menos hecha y pasarla luego. Si la haces demasiado, no hay vuelta atrás.

Ya solo queda servir el plato. En caso de que controles el punto de la carne que le gusta a tus comensales, puedes servirla salseando por encima de la carne. Si no, es mejor poner la salsa en una salsera aparte y comprobar que cada uno tiene la carne a su gusto.

Sirve con las patatas fritas y ¡que aproveche!